domingo, 23 de agosto de 2015

El guerrero nº 13, érase una vez un Rey que no necesitaba trono

A veces de un pequeño libro, por extensión no por calidad, puede salir una gran película, como es el caso que nos ocupa hoy. Por si no habéis visto el film, no os diré el nombre de la novela porque le quita cierto atractivo a descubrir el por qué nuestros rudos vikingos reciben la petición de ayuda que les lleva a embarcarse en un viaje en el que les acompañará Ahmed/Antonio Banderas.
Hoy en día es muy complicado ver cintas de aventuras como esta porque creo que las producciones se basan más en la espectacularidad y en el carisma del protagonista que en los pequeños detalles que hacen creíble lo que estamos viendo en pantalla. También influye el hecho de que ya no hay directores como McTiernan, que traía a sus espaldas ya éxitos como "Predator", "La jungla de cristal" y "La caza del octubre rojo" entre otras.
En la actualidad, en muchas ocasiones, empiezas a ver una película ambientada en esas épocas pretéritas y no consigues dejar de ver al actor, por mucho que le pongan vestimentas de romano, bárbaro o lo que sea; sin embargo, aquí, en cuanto aparecen los guerreros nórdicos, tienes la sensación de estar viendo auténticos vikingos. Son duros, son rudos, fuertes y pendencieros, en contraste con el más ilustrado árabe, encarnado por nuestro "Antoñito", pero no os equivoquéis, no son estúpidos y a lo largo del metraje ambos mundos aprenderán el uno del otro. Ese es uno de los puntos fuertes del film, la relación entre hombres tan dispares y cómo acaban siendo capaces de dar juntos lo mejor de sí mismos.
Aunque no coincido con mi paisano @Mikolunita en cuanto a que la banda sonora de Goldsmith esté a la altura de la Poledouris en "Conan", es indudable la fuerza de la composición pero tiene, pese a estar ambientada en diferente localización, muchos puntos en común con la de "La momia", ambas películas son de 1999, disco que poseo y que es del mismo compositor. No solo Horner o Zimmer se autoplagian.
La manera en que se nos cuentan las cosas, desde el punto de vista del árabe, funciona muy bien, sin profundizar demasiado pero llevándonos cual thriller a descubrir poco a poco que hay tras los ataques que sufre el pueblo al que nuestros héroes van a proteger. Si nos fijamos un poco, es obvio que la novela de Chrichton se inspira claramente en la leyenda de Beowulf, cosa que queda patente con la escena del primer asalto nocturno y también en el nombre del jefe de los vikingos, Buliwyf.
Ágil, entretenida, con unos actores, incluido el cameo largo de Omar Sharif, que consiguen que nos creamos que, de verdad, estamos en el norte de Europa de hace siglos viendo cómo enfrentan peligros terrenales y desconocidos por igual. Mención especial a Banderas que demostró que era algo más que un galán latino aunque verlo en VO chirría un poco con su inglés con acento español que no pega nada en ese entorno.

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