lunes, 11 de mayo de 2015

Forajidos, la que debía ser western y resultó ser cine negro del mejor.

Como todo no puede ser comedia pues decidimos que en nuestra noche de clásicos veríamos una película al más puro estilo cine negro. Lo cierto es que cuando le comenté a mi esposo de ver esta cinta, di por sentado que era un western, género por otra parte que no me disgusta nada, seguro que alguna de John Wayne cae. Esto fue porque solo tenía el dvd sin carátula y el título me despistó pero bueno, era una excelente opción y además a mi querido esposo le encanta este tipo de cine. Solo el hecho de que apareciera Burt Lancaster ya hace que merezca la pena disfrutar del film en el cual interpreta a un sueco al que se la tienen jurada. No es este el papel en el que más me gusta, pero he de reconocer que está genial en la película. Por otra parte la cinta tenía como reclamo a Ava Gadner, esa pedazo de mujer que te come con la mirada aunque considero que su papel de co-protagonista me parece que se queda un poco atrás, creo que su protagonismo es más bien escaso y yo diría que su rol es más bien el de una secundaria. Es uno de esos films en los que la historia comienza contándote el final y luego retroceden en el tiempo. En cualquier caso la película fue muy del agrado de mi esposo aunque no tanto del mío, me costó seguirla, quizás esa noche estaba espesa, ¿o en algún momento me quedé traspuesta? Estas cosas no le pasan al Sr. Purgatorio que permanece atento a todos los detalles importantes y que sin duda os desgranará como solo él sabe hacerlo. ¿A que sí mi vida?
Si, cielo. La verdad es que mi cara era para verla cuando le di al play y veo a dos tipos conduciendo un coche y me quedé: "Ya me equivoqué de peli porque dudo que esas sean las carretas típicas del oeste". Lo cierto, sin embargo, es que ya el inicio deja más que claro que estamos ante cine negro del bueno, con esos dos tipos con cara de pocos amigos y maneras que dejan aun más a las claras que hacer amigos es lo que menos buscan en el pequeño pueblo.
Como bien dice mi amorcito, la historia se nos va contando de manera maravillosa a través de flashbacks —cuando empiezas a ver cine clásico es cuando eres consciente de que hoy día ya nada es original de verdad— presentándonos no solo las situaciones sucedidas en el pasado de "El Sueco", sino también profundizando en los personajes. Será aquí cuando irán llegando las sorpresa y no me refiero exactamente a los giros en la trama, que los hay, ¿de qué hablo entonces?
Respondiendo a la anterior pregunta retórica, con lo cual no debería responderla o igual en realidad no es retórica, quién sabe, resulta que Burt Lancaster y Ava Gardner son el reclamo de una película en la que el primero, más bien su personaje, se va diluyendo, hasta el punto de que pasaremos muchos minutos sin verlo siquiera en pantalla y la segunda parece estar ahí cual cebo en el anzuelo, porque, como bien dice mi mujer —yo a ti si que te comía con la mirada y con otra cosa también—, no es ya que esté lejos de ser protagonista, es que es un personaje, el suyo, muy secundario. Lancaster está a un gran nivel pero de ella solo puedo decir que está espectacular pero que no me dio tiempo a juzgar si puedo considerarla una buena actriz en los escasos momentos en los que de verdad saca todo su arsenal interpretativo.
Me quedo, en este caso con Edmond O'Brien, en su papel de investigador de la empresa aseguradora y cuyo rol le queda como un guante y además transmite una pasión por lo que hace y una constancia a la hora de descubrir qué fue lo que pasó en realidad pese a las trabas que va encontrando por el camino que siempre me parece de lo más encomiable y admirable. El duo que acaba formando con el policía es otro de los aciertos de la película.
En cuanto a los aspectos técnicos, que me parecen todos notables tirando a sobresalientes, quiero destacar la banda sonora, que me introdujo en este mundo de oscuras pasiones e intenciones desde que empezó a sonar y que me acompañó perfectamente hasta el final gracias a Miklós Rózsa.
He de reconocer que la época en que se ambienta la historia, su estética, esos tipos duros y esas mujeres de verdad, que siempre son mucho más de lo que parecen, me entusiasman y ya si encima contamos con un muy buen guión —quizá de eso tenga la culpa el relato de Hemingway en el que se basa—, una dirección de lujo, una música maravillosa y unos actores en estado de gracia no puedo más que rendirme y darle las gracias a mi mujer por descubrirme esta película aunque a ella no le entusiasmara al final.

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