lunes, 28 de julio de 2014

Los últimos días. Los pastores del apocalípsis.

Es rara avis que el cine patrio arriesgue con historias distintas a las habituales y más aun que se salga de los géneros más trillados, como son el drama, la comedia y la mezcla de ambos, aunque por suerte con el paso de los años eso va cambiando poco a poco.
"Los últimos días", de los hermanos Pastor, es una buena muestra de ello. Los directores de "Infectados" llegan con su segundo film a España, el primero fue rodado en EEUU, y siguen con la trama postapocalíptica aunque ahora con una enfermedad menos patente pero igual de mortífera.
Como casi siempre, el leitmotiv de uno de los protagonistas, interpretado por Quim Gutierrez, es atravesar la urbe barcelonesa para reencontrarse con su mujer... 
En ese aspecto no encontramos una gran originalidad en la historia que discurrirá por los derroteros ya conocidos por todos los que amamos este subgénero. Al final lo peor no es la enfermedad, sino el resto de seres humanos con los que se van encontrando nuestros dos protagonistas.
Quim Gutierrez y José Coronado demuestran ser solventes para hacer creíbles sus personajes durante la mayor parte del metraje, aunque cierto es que algunas escenas nos harán preguntarnos en qué estaban pensando los hermanos, que además de directores son guionistas también, y en esos momentos todo flojea bastante, incluidas las interpretaciones.
El resto del reparto es prácticamente irrelevante salvo Marta Etura, que está correcta en los flashbacks en los que nos la muestran con Quim antes de que empiece el apocalípsis.
El periplo de nuestros supervivientes evolucionará a buen ritmo por las catacumbas de una Barcelona devastada que es quizá donde más cojea el aspecto técnico, cuando se nos enseñan panorámicas de la gran ciudad y todo canta un poco a efecto digital tirando a barato. Opino que si esto se hubiera trabajado un poco más le habría sumado enteros a la experiencia.
Los interiores, oscuros y opresivos en su mayoría si que están a la altura de lo que podríamos esperar en una historia de este tipo. No son muy variados y es más de lo mismo, alcantarillas, supermercados, etc, pero era lo esperable.
Se trata en definitiva de una cita disfrutable para los que acusan al cine español de contarnos siempre las mismas historias y para aquellos que gusten de lo postapocalíptico y prefieran olvidarse de los zombis o de otras criaturas de dudosos gustos culinarios. Imagino que quienes conozcan Barcelona bien, sabrán apreciar los detalles y la vivirán aun con más intensidad.
Nota: 6

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